Los países con MÁS PETROLEO en América Latina

El petróleo y el gas han sido pilares del desarrollo económico y social desde la revolución industrial. Han impulsado la movilidad, la generación de energía, la producción de bienes y el crecimiento de industrias fundamentales. En la actualidad, aunque el mundo está girando hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, el petróleo sigue siendo un recurso estratégico, especialmente en regiones con abundantes reservas como América Latina.

A continuación, exploramos la situación actual de los principales países petroleros de América Latina, sus reservas, niveles de producción y desafíos.


Venezuela: Abundancia de reservas, escasez de producción

Venezuela ostenta el título de tener las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo: 304 mil millones de barriles, superando incluso a gigantes como Arabia Saudita. Sin embargo, la realidad de su producción dista mucho de su potencial. En 2023, ocupó apenas el puesto 21 a nivel mundial en producción, con solo 796 mil barriles diarios. Esto representa una caída de más del 75% en la última década.

Las razones de esta drástica reducción son múltiples. Entre ellas destacan las sanciones internacionales, especialmente de Estados Unidos, y las “políticas desastrosas” implementadas por el propio gobierno venezolano, que han generado el colapso de su industria petrolera. Irónicamente, al ritmo actual de producción, Venezuela tendría reservas suficientes para 1374 años, pero el camino para recuperar su antiguo esplendor petrolero es incierto.


Brasil: Potencia productora con reservas en altamar

Brasil se ha consolidado como el mayor productor de petróleo en América Latina y el octavo a nivel global. Extrae aproximadamente 3.5 millones de barriles diarios y posee las reservas recuperables de petróleo ultraprofundo más grandes del planeta, localizadas principalmente en aguas profundas del Atlántico.

La estatal Petrobras domina el sector, controlando el 73% de la producción. Este sector representa cerca del 10% del Producto Interno Bruto (PIB) brasileño. En 2023, sus reservas probadas alcanzaron los 14.8 mil millones de barriles, su nivel más alto desde 2014. A este ritmo, las reservas durarían cerca de 50 años. La estabilidad política relativa y la capacidad tecnológica han permitido que Brasil aproveche eficientemente sus recursos, proyectándose como un actor energético clave en el continente.


Ecuador: Potencial en expansión

Desde que se convirtió en país productor en la década de 1970, Ecuador ha dependido del petróleo como una de sus principales fuentes de ingresos por exportaciones. Sus reservas probadas se estiman en 8.273 mil millones de barriles, localizadas principalmente en la región amazónica.

En años recientes, el país ha buscado profundizar su explotación, adjudicando 16 nuevos campos en el sureste, con potenciales reservas de hasta 1.5 millones de barriles. Asimismo, busca socios estratégicos para mejorar la recuperación de campos maduros. No obstante, los desafíos incluyen la oposición de comunidades indígenas, la presión ambiental y la necesidad de inversiones tecnológicas.


México: Trayectoria histórica con retos estructurales

México ha sido un actor importante en el escenario energético global desde mediados del siglo XX, cuando nacionalizó su industria petrolera. Actualmente, posee reservas probadas de 5.158 mil millones de barriles, lo que lo convierte en uno de los mayores productores del continente.

Sin embargo, el país enfrenta desafíos estructurales. Las políticas recientes han restringido la participación privada y el desarrollo de infraestructura, limitando las oportunidades de exploración y mejoramiento logístico. Las exploraciones recientes han arrojado resultados limitados, lo que, sumado a la falta de modernización, representa una amenaza a la sustentabilidad del sector.


Argentina: Vaca Muerta como esperanza energética

En medio de crisis económicas recurrentes, Argentina ha encontrado una oportunidad en la formación de esquisto conocida como Vaca Muerta. Se estima que esta zona contiene hasta 16 mil millones de barriles de petróleo no convencional, lo que podría transformar al país en un exportador neto de hidrocarburos.

Actualmente, las reservas probadas son de 2.838 mil millones de barriles, pero el desarrollo de Vaca Muerta avanza gracias a inversiones extranjeras y políticas de fomento al sector energético. Sin embargo, aún enfrenta desafíos logísticos, financieros y de infraestructura para explotar plenamente este recurso.


Colombia: Producción activa con reservas limitadas

Colombia ha sido un productor consistente de petróleo, alcanzando en 2013 un pico de producción de un millón de barriles diarios. A pesar de ello, sus reservas probadas son limitadas: solo 2.4 mil millones de barriles, lo cual alcanza para poco más de 7 años de producción.

El país enfrenta una crisis en su sector petrolero, agravada por la falta de descubrimientos significativos desde los años 90 y las recientes políticas del gobierno actual, que buscan limitar el fracking y nuevas exploraciones. Esta situación pone en duda la seguridad energética futura de Colombia y su capacidad de seguir siendo un actor regional relevante.


Perú: Potencial desaprovechado

Perú, pese a tener una economía en crecimiento y ser uno de los mayores consumidores de energía en Sudamérica, ha tenido dificultades para desarrollar su sector petrolero. En 2023, sus reservas probadas se redujeron a 815 millones de barriles, reflejo de una caída progresiva.

Las causas son múltiples: inestabilidad política, protestas sociales, conflictos con comunidades indígenas y falta de una política energética clara. Con una producción diaria estimada en apenas 41,652 barriles, el país está lejos de aprovechar su verdadero potencial, a pesar de las expectativas depositadas en zonas como la selva norte y el zócalo continental.


Una región rica en petróleo, pero con desafíos estructurales

América Latina es una región que alberga algunas de las reservas de petróleo más grandes del planeta, particularmente en Venezuela y Brasil. No obstante, existe una gran disparidad entre la abundancia de reservas y la capacidad de producción sostenible. Factores como la inestabilidad política, la falta de inversión, políticas restrictivas y conflictos sociales limitan el desarrollo del sector en varios países.

Mientras algunos, como Brasil y en cierta medida Argentina, logran avances gracias a estrategias a largo plazo, otros enfrentan una preocupante disminución de su producción, como Venezuela, Colombia o Perú. En este contexto, el papel del petróleo en el futuro económico de la región está en entredicho, especialmente en un mundo que avanza hacia una matriz energética más verde.

La pregunta que queda abierta es si América Latina logrará equilibrar su potencial petrolero con la necesidad de transitar hacia energías más limpias, sin dejar de lado el desarrollo económico y la justicia social. El debate está servido.