La activista climática Greta Thunberg y más de un centenar de militantes medioambientales bloquearon este jueves la avenida principal de la capital noruega, así como la sede central del banco DNB, para exigir el fin de la industria petrolera en Noruega, según confirmaron la policía y los organizadores de la protesta.
De acuerdo con Anders Aas, jefe de operaciones de la policía de Oslo, alrededor de las 12:15 horas locales (10:15 GMT) los manifestantes se concentraron frente a la sucursal insignia de DNB, situada en la avenida Karl Johan. “Unos dieciséis de ellos ingresaron al interior de la entidad bancaria, pero fueron invitados a retirarse sin que se produjeran arrestos”, detalló el funcionario.
La acción, organizada por el movimiento Extinction Rebellion, contó con la participación de Thunberg y de otros activistas internacionales. En paralelo, la organización Reclaim the Future denunció en un comunicado que DNB es “la entidad financiera escandinava que más invierte en la expansión de la industria de los combustibles fósiles”.
Dentro de la sede bancaria, los manifestantes desplegaron pancartas, corearon consignas y pronunciaron discursos en los que exigieron que Noruega inicie un plan de abandono progresivo de la producción de petróleo y gas.
“Venimos de toda Europa para visibilizar la violencia que la industria de los combustibles fósiles ejerce a diario contra toda forma de vida”, declaró Rufus Rune, un activista sueco de 23 años.
Noruega, primer productor de petróleo y gas de Europa Occidental, enfrenta críticas constantes por su dependencia energética de los hidrocarburos. Sin embargo, el gobierno defiende el sector señalando que aporta miles de empleos, genera innovación tecnológica y garantiza el suministro energético a Europa en un contexto de incertidumbre internacional.
La protesta en Oslo se suma a una reciente acción de 36 horas en la que Extinction Rebellion bloqueó la refinería de Mongstad, la más grande del país y propiedad de la petrolera Equinor, cuyo accionista mayoritario es el Estado noruego.
Equinor planea aumentar en más de un 10% su producción de petróleo y gas de aquí a 2027 en comparación con los niveles de 2024, lo que, según los activistas, contradice los compromisos globales de reducir las emisiones para frenar la crisis climática.