La Caída de los Precios del Petróleo y el Impacto de la Política Internacional

Los precios del petróleo han caído rápidamente desde el anuncio del 3 de marzo por parte de la OPEP+, en el que confirmó su intención de aumentar la producción de crudo. Esta decisión ha generado una tendencia bajista en el mercado, impulsada por el incremento en la oferta de otros grandes productores y la incertidumbre sobre la demanda de China, el mayor importador de petróleo del mundo.

La disminución de los precios del petróleo y el gas es precisamente lo que Donald Trump busca en su posible segundo mandato como presidente de EE.UU. Sin embargo, dado que los precios de equilibrio presupuestario para muchos países de la OPEP+ son significativamente más altos que los niveles actuales, surge la pregunta de por qué el grupo está permitiendo un aumento de producción que podría resultar desastroso financieramente.

La Estrategia de la OPEP+ y sus Riesgos

Desde 2022, la OPEP+ no había aumentado su producción debido a la necesidad de mantener los precios en niveles históricamente altos. De hecho, en ese momento inició una serie de recortes en la producción, alcanzando 5.85 millones de barriles por día (bpd), aproximadamente el 5.7% del suministro mundial. Tan recientemente como en diciembre, el cartel extendió su reducción de 2.2 millones de bpd hasta finales del primer trimestre de 2024.

Se estima que la primera fase de la eliminación de estos recortes iniciará en abril con un incremento de 138,000 bpd, con aumentos posteriores en los meses siguientes. Parte de este aumento se debe a la sobreproducción de algunos miembros, como Kazajistán, Irak y Rusia. Además, la OPEP+ busca proteger su participación en el mercado ante un cambio significativo en el equilibrio de la oferta y la demanda. Finalmente, también existe la percepción de que el grupo no podría ganar una guerra de precios contra EE.UU., especialmente con Trump en la presidencia.

Lecciones de la Guerra de Precios del Petróleo 2014-2016

Durante la Guerra de Precios del Petróleo de 2014-2016, Arabia Saudita gastó más del 34% de sus reservas de divisas, que ascendían a 737 mil millones de dólares, y pasó de un superávit presupuestario a un déficit récord de 98 mil millones de dólares. En 2016, el viceministro de Economía saudí, Mohamed Al Tuwaijri, advirtió que, sin reformas, el país podría enfrentar la bancarrota en un período de tres a cuatro años.

Arabia Saudita inició la guerra de precios con la intención de debilitar la naciente industria de petróleo de esquisto en EE.UU., pero el efecto fue devastador para los propios miembros de la OPEP. Según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), la guerra costó al grupo al menos 450 mil millones de dólares en ingresos.

El daño fue tan severo que Trump pudo aprovechar la situación para imponer su política de control de precios del petróleo. Durante su primer mandato, estableció un rango de precios de 40-45 dólares por barril de Brent como el nivel mínimo para mantener rentable la producción de esquisto en EE.UU., y un límite superior de 75-80 dólares por barril para garantizar precios de gasolina accesibles para los consumidores estadounidenses.

La Influencia de Trump y el Nuevo Equilibrio Global

Arabia Saudita también es consciente de que Trump podría ejercer un mayor control en su segundo mandato, respaldado por una mayor influencia en el Congreso y la Corte Suprema. Durante su primera presidencia, dejó clara su postura contra la OPEP+, acusándolos de manipular los precios del petróleo y beneficiarse del apoyo militar de EE.UU. sin dar nada a cambio.

En 2018, cuando Arabia Saudita y Rusia intentaban elevar los precios con recortes en la producción, Trump respondió con fuertes advertencias, obligando a la OPEP a aumentar la oferta para evitar represalias políticas y económicas. Este episodio demostró la vulnerabilidad de la OPEP ante la presión de EE.UU., algo que podría repetirse si Trump regresa a la Casa Blanca.

La decisión de la OPEP+ de aumentar la producción a pesar de los riesgos financieros refleja una estrategia de supervivencia en un mercado dominado por presiones políticas y económicas. Con un posible segundo mandato de Trump, la OPEP+ enfrenta una situación desafiante en la que podría verse forzada a mantener precios bajos para evitar una nueva guerra de precios que podría ser desastrosa para sus economías.

El equilibrio entre la oferta, la demanda y la política internacional determinará el rumbo del mercado petrolero en los próximos años, y la OPEP+ deberá navegar con cautela para evitar repetir los errores del pasado.